¿Como hacer las presentaciones entre un perro y un gato?
27-08-2012
Cuando tenemos un perro y queremos adoptar un gato, lo que tenemos que preguntarnos es: ¿nuestro perro respeta a los gatos, o les persigue como si fueran su presa?. Ante esta duda lo mejor es que hables con nosotras para poder asesorarte personalmente, ya que cada perro es un mundo al igual que los gatos o las personas.
Aunque varias casas de acogida nuestras tiene perro en casa y muchos de nuestros gatos ya salen con la “lección aprendida”, nosotros somos los que mejor conocemos las reacciones de nuestro perro y cómo está de desarrollado su instinto cazador.
Un gato nunca le ocasionará graves heridas a un perro, mientras que al contrario el desenlace suele ser mortal. Los gatos no ven a los perros como rivales en su territorio y, mientras no les tengan miedo, la adaptación puede ser incluso más sencilla que con un gato nuevo.
Lo ideal es adoptar un gato que ya haya convivido con perros o al menos sepamos que no les tienen miedo.
La entrada del gato a casa siempre tiene que ser como se explica en el apartado COMO RECIBIR Y ATENDER LOS PRIMEROS DIAS AL GAT@ O GATIT@ QUE ACABAMOS DE ADOPTAR
Mientras el gato este en la otra habitación podemos intercambiarles su olor, frotando por el cuerpo de ambos (incluido culito, ahí están las glándulas perianales que producen un olor único en cada animal) un calcetín que posteriormente intercambiaremos: al perro le dejaremos que olisquee el del gato y viceversa.
Cuando el gato se sienta mas seguro y le veamos que quiere seguirnos por la casa, que quiere salir de la habitación, lo ideal es calzar la puerta de la habitación del gato de forma que en un momento que el gato quiera volver a la habitación, y senstirse seguro, el gato pueda pasar por el cachito de puerta pero el perro por tamaño no pueda, Si el perro es de talla pequeña, comprendemos que esto es imposible, pero también es cierto que un perro de talla pequeña rara vez hará frente o perseguirá a un gato.
En las presentaciones cara a cara, SIEMPRE, debemos tener sujeto al perro con una correa ya que así podremos reaccionar a tiempo. El gato debe de estar libre en la habitación para poder huir o esconderse. Si sujetamos al gato nos exponemos a recibir algún arañazo o incluso mordisco si se asusta y ve que no puede huir para refugiarse. Si nuestro perro muestra un peligroso interés por el gato y no sabemos controlarlo tendremos que pensar seriamente en no tener gato.
Prácticamente cualquier perro debería poder aprender a respetar al gato y dejarle tranquilo. Los gatos adultos podrán hacerse respetar con un apropiado arañazo a tiempo y, siempre que el perro no suponga un peligro, debemos dejarles que se entiendan entre ellos.
Hay perros que han convivido anteriormente con un gato y han tenido muy buena relación tales como, juegos, siestas, lametones. Y cuando ven o huelen al nuevo “inquilino” se excitan por la evocación de la antigua amistad, pero lo que si esta claro es que el gato nuevo, no es el anterior gato. Por lo tanto no podemos confiamos en las presentaciones (no sujetar al perro) este por su naturaleza efusiva puede poner nervioso, alterar o estresar al gato y en vez de ser un momento agradable se convierte en un trauma, que puede costar superar al gato. Por ello siempre tenemos que seguir paso a paso.
El gato saldrá a investigar por la noche, cuando el perro y las personas estén dormidos. Lo mejor es ignorarle, que se pasee a gusto. Poco a poco, saldrá en cualquier momento del día.
Lo que nunca deberemos de hacer es ofrecer comida al gato en presencia del perro, hay perros con hambre muy voraz, y puede haber una disputa seria en casa. Lo mejor es darlos a cada uno su premio por separado.
Por otra parte tenemos que tener el comedero del gato fuera del alcance del perro, ya que el gato se autocontrola con la comida, pero un perro es capaz de comerse todo el pienso del comedero del gato y darle una indigestión.
Autor: proteccion felina