La historia de Bicho

24-04-2012

 

Somos la familia que "jamás-meterá-un-BICHO-en casa..."
Ya sabéis. Mascotas: cuidarlos, gastar dinero en comida, aguantar sus destrozos, ensucian... Un axioma pernicioso.

Hasta que un día apareció una camada de gatitos que iban a ser llevados a la perrera de la Fortuna (eutanasia casi segura a corto plazo), tres eran negritos y dos blanquinegros.
Protección Felina se cruzó en sus vidas e hizo lo que hace siempre, buscar una casa para cada uno de ellos. Estos gatitos no eran especialmente guapos, ni tenían ningún pedigree, pero doy fe de que eran cariñosos.
Tras haber dado en adopción a una gatita para una amiga común, Carmen nos habló de uno de los hermanitos que era muy mimoso, blanquinegro. Mi hija mayor, de 11 años, me pidió que lo adoptáramos. Esto fué en agosto, ahora mi hija es su mamá humana. Me han hecho abuelo antes de lo que esperaba. Todos los hermanos encontraron casa gracias a la labor de Carmen, Sandra, Leire y todas las chicas de Protección felina.

Recuerdo la célebre película del Dr. Doolittle en la que Samantha Eggar dice a Rex Harrison:
- ¿Le parece normal que un médico malgaste su vida ayudando a los animales?
- Es mejor que malgastar la vida haciendo nada.

No tengo espacio ni capacidad para explicar todo lo bueno que este pequeñajo ha traído a nuestra casa.
Por cierto, nuestro gatito se llama BICHO.

Ricardo y Familia

 

Autor: Ricardo y Familia